Antes me quedaba en la cama hasta el último momento, me despertaba con sueño y me iba con pocas ganas a mi obligada jornada laboral. Ahora, me despierto con bastante tiempo de disfrutar de un buen desayuno, leer artículos interesantes, escribir y recrearme. A la hora de ir a trabajar tengo la sensación que he disfrutado de la mañana, que el día desde el comienzo será bueno y voy con ganas e ilusión. Descubrí que dormir un rato mas no es la felicidad y que un buen desayuno y un poco de tiempo para ti, te alegra todo un día. Pruebalo y me cuentas.
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