lunes, 31 de octubre de 2011

Todos diferentes todos iguales

Aunque en esencia todos somos iguales, al mismo tiempo somos tan diferentes... Cuando hablamos los unos con los otros las conversaciones se vuelven bucles en diversas ocasiones. Uno quiere comunicar algo que el otro no recibe sino que rechaza, transforma y devuelve hecho una bola. En cientos de diálogos el resultado no es mas que una pérdida de tiempo y energía sin sentido. Los códigos y decodificaciones se convierten en un compendio de sentimientos, prejuicios e ideas preconcebidas o malentendidas que no conducen a ninguna parte.
Otras veces sin embargo es tan enriquecedor intercambiar cuestiones y aspectos cotidianos, cuando las mentes son abiertas, cuando cabe la duda, cuando uno no es el dueño de la razón. En esos y solo en esos casos cuando la humildad es la protagonista, cuando no hay egos, cuando la conversación solo es un fluir, ahí y solo ahí podemos sentirnos iguales y crecer.